El gesto de Donald Trump con Lula en las Naciones Unidas podría significar un giro geopolítico importante en el sistema de relaciones del republicano.
Fiel a su estilo, imprevisto y sorpresivo, Trump pasó de la presión extrema y el enojo por la "cacería de brujas" contra Jair Bolsonaro a decir que Lula "es una persona agradable y que le cayó bien" con quien podría reunirse esta semana
Fuentes del gobierno brasileño confirmaron a LPO que la intención de Trump era reunirse durante esta misma semana en Nueva York pero fue Lula el que argumentó que no tenía lugar en la agenda. Juegos típicos de países poderosos que no van detrás de ningún alineamiento automático.
Trump suele respetar ese tipo de liderazgo, como ocurrió con Vladimir Putin o el chino Xi Jinping. Lula no se acobardó frente a la imposición del 50 por ciento de aranceles, molesto por la condena contra Bolsonaro por intento de golpe de estado.